Márgenes de la memoria (Taller de Poesía e Imaginario Urbanos con internos del Penal de Castro Castro – agosto, 2014)

La palabra “margen” tiene un significado paradójico: al demarcar el espacio donde algo empieza, señala también el límite donde termina. Esa doble tarea suele no ser inocente. Un margen no solo distingue dos segmentos, sino que instituye la diferencia entre los mismos a partir de una oposición que se pretende, de aquí en adelante, categórica. Lo que queda, por ejemplo, en uno u otro lado del margen, no es ya un espacio neutro, sino que eventualmente configura un adentro que se define como tal siempre y cuando inaugure, al mismo tiempo, la marginalidad del afuera al que se opone.

En cierto modo, un espacio penitenciario representa ese afuera simbólico en oposición al cual el adentro de la ciudad legitima sus mecanismos y define los contornos normativos de sus dinámicas. La memoria con que los internos recuerdan la ciudad almacenaría, en ese sentido, una suerte de tiempo-afuera. El afuera de la memoria no es precisamente el olvido, sino esa porción de tiempo que, por situarse fuera del margen que el presente oficial delinea, es un tiempo ajeno y, por tanto, olvidable para el que está dentro del margen.

El Taller de poesía e imaginarios urbanos, del cual la presente muestra expone su proceso de ejecución y resultados, recoge la experiencia del encuentro entre estos dos espacios discursivamente antagónicos. Busca con ello ensayar una lectura alternativa e integral de la ciudad de Lima a través de la puesta en dialogo entre los imaginarios urbanos que habitan el recuerdo de los internos y aquellos con los que nos figuramos actualmente la urbe. Se propuso, a fin de materializar este encuentro, que los internos elaboraran un poema colectivo inspirado en sus recuerdos y evocaciones sobre algún lugar de la ciudad que consideraran afectiva y vivencialmente relevante. En un segundo momento, los talleristas montarían ese poema en el mismo lugar evocado pero tal como existe en la actualidad, asumiendo las alteraciones y/o continuidades sufridas por el paso del tiempo. Este dialogo entre lo pretendidamente “inactual” (afuera) y lo “vigente” (adentro) no busca establecer una comparación nostálgica entre el presente y un pasado perdido. En la medida en que la poesía contribuyera a la rehabilitación del carácter productivo de la memoria, la reflexión sobre el pasado dejaría de ser la evocación de un tiempo inactual para en su lugar funcionar como el terreno desde donde el presente de la ciudad se actualiza, repiensa y confronta consigo mismo.

Si la ciudad tiene, pues, la forma, antes que de un mapa geográfico-político, de una memoria colectiva poblada por el conjunto de imaginarios de los ciudadanos que la habitan, reapropiarnos de la misma (construir ciudadanía) pasaría por experimentarla como un lenguaje abierto a la constante reactualización de sus términos y, por eso, vigilante respecto de las categorías que instituye toda versión oficial.

Ánima Lisa & CITIO